jueves, 12 de noviembre de 2015

Poder no es querer

Pude haber ido a batalla
y morir valientemente con la primera bala errante.

Pude haberme matado en la horca
y que al menos fuera barato ahogarme en un suspiro.

Pude haber tomado veneno
y habría sido fugaz la corrosión de mis entrañas.

Pude haber esperado a la enfermedad
y habría sido sencillo ver apagarse cada día mi luz.

Sin embargo quedé prendado de tu sonrisa,
y ya solo me queda morir
cobardemente,
a precio muy alto,
en larga letanía,
siendo lo más complicado que he hecho en mi vida,
pero eso sí,
morir de amor,

que cura una vida.

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